Muy en el fondo, a pesar de la satisfacción y calma que se tiene estando acá, de visitar familiares, conocer nuevos lugares, tostarse con el calor de mierda, escuchar lo gracioso (sin ser ofensivo) que habla la gente con sus diversas maneras de expresarse, muy a pesar de todo eso, siempre existen cosas que rompen toda esa tranquilidad y calma.
No son las ruidosas motos que pasen por todo Ucayali como, ni el estresante dolor de cabeza que llega a producirme el calor de 40°C; tampoco es el no poder decirle a la gente que uno no viene para ver a que flaca se levanta o a que discoteca quiere ir hoy en la noche (yo vine a descansar, a dormir en un cielo despejado, con estrellas en las noches, con lluvias penetrantes… ¡no soy un limeño del montón!).
Lo que rompe esa intranquilidad y calma, y desde luego, sensación de relajo, es el no poder estar cerca a la persona con la que siempre supones que tienes al lado. Expresar miradas de tristeza al inmenso cielo celeste (solo gris cuando va a llover), quedarse mirando la puesta de sol con un aire de melancolía, desesperación. Tristeza.
Llevo cerca de 10 días completos en esta ciudad en medio de la selva peruana, en lo que todo el mundo conoce como Pucallpa, pero que en realidad es la región de Ucayali, la provincia de Coronel Portillo, y si llegas al distrito de Pucallpa estás en Pucallpa, de lo contrario puedes estar en el distrito balneario de Yarinacocha, como es mi caso. Me estoy hirviendo de calor a tal punto de que mi cerebro tiende a desconectarse de tanta calentura, a veces necesita sus pastillas de chiquitolina para regresar a la conciencia. La expresión inimaginable del “no tomo, muchas gracias”, en algunos casos se vuelve una ofensa, en otros casos se vuelve una sorpresa, en otros mucho más civilizados se vuelve una opción tan respetable como la suya de tomar hasta morir.
He rechazado invitaciones de reuniones alcohólicas y de toneras. Hay que ser sinceros, no me gusta ni bailar ni tomar. Suelo tomar muy de vez en cuando y en ocasiones que lo ameritan. Acepto brindis pero no galones de alcohol. Tampoco me gusta salir a tonear, las preguntas han sido muchas, y la razón es bastante sencilla, no es sólo por el hecho de que no me llama, no ando queriendo bailar toda la noche ni nada de eso, sino también por el hecho de que me canso mucho más rápido de lo que me cansaba antes, por lo que mi interés por desvelarme hasta morir se ha visto proporcionalmente reducido al hecho de que ya no jalo porque mi corazón se dispara mal.
Por último, no me gusta estar solo. No es que esté físicamente solo acá. Estoy con mi familia, mucha familia que me viene a ver todos los días que me lleva a dar mil vueltas por todo Pucallpa, y todo eso; sin embargo, la persona con la prefiero estar todo el día antes que hacer cualquier otra cosa, no vino conmigo. Puedo disfrutar muchísimo de estar con mi familia acá, relajarme, joder a todo el mundo, que me manden a la mierda por espeso; pero, todo eso, tendría mucho mayor valor si lo compartiera con la persona que amo…
PD: Hace días estoy jodiendo con el “la puta madre, quiero que llueva quiero que llueva”. El primer fin de semana que estuve acá llovió (fuerte para mi, normal para los de acá), y estaba rico porque te mojabas y con la temperatura que hay acá, es refrescante. Sin embargo, toda esta semana no ha llovido casi nada, a las justas una garüita (hasta para mi), pero, justo al terminar de poner “la persona que amo…”, comenzaron a sonar los relámpagos, bastaaaaaaaaaaaaaaaante fuertes. Ojalá que sea una señal de lluvia con ganas, por acá me dicen que parece que va a llover feo… OJALÁ!!! VAMOS CARAJO!!!
Te pasate Mingo... este comentario esta de la putamare... bayly queda chico... y ya sabes huevas las puertas charapas de la casa estan abiertas cuando gustes y pa la proxima trae a lula...
ResponderEliminarEdú...
Ya regreso ya regresoooo!!!
ResponderEliminarEDU! EDU! EDU! jajaja